La búsqueda de setas es una parte importante de la cultura eslovena, hasta el punto de que se encuentra entre los pasatiempos favoritos del país. Y el conocimiento sobre los hongos, adquirido a lo largo de generaciones, continúa ampliándose a medida que se descubren nuevas especies y usos de los hongos.

La búsqueda de setas, que se remonta a la colonización de las tierras eslovenas por los antiguos eslavos, sigue estando fuertemente arraigada en Eslovenia, así como en Eslovaquia, la República Checa, Polonia e Italia, y menos en el sur de los Balcanes, dice el micólogo y recolector de setas Bojan Arzenšek. .

En el pasado, los bosques acogían principalmente a los pobres que recogían setas para su alimentación diaria, pero más tarde la gente se sintió cada vez más atraída hacia ellos por la curiosidad y el deseo de investigar y comer setas.

En Eslovenia, conocida por sus bosques, un verdadero paraíso para las setas es la región noroccidental de Gorenjska, especialmente las mesetas de Pokljuka y Jelovica, las empinadas colinas junto al río Sora y las montañas Karavanke. Según Arzenšek, algunos años los alrededores de Liubliana también son ricos en setas.

En Eslovenia se han identificado más de 5,000 especies de hongos, 111 de las cuales están en peligro de extinción y 41 protegidas. Cada año se descubren alrededor de 50 nuevas especies. "Nunca se sabe detrás de qué arbusto se encontrará un hongo especial", afirma Arzenšek.

"No se trata sólo de setas que se ponen en una maceta, como las setas porcini, rebozuelos o parasoles, sino también aquellas que sacan al investigador que llevamos dentro, los micólogos aficionados", añade.

Algunos hongos se utilizan en la medicina popular, afirma Arzenšek. Tienen propiedades antibacterianas, antivirales y antitumorales y pueden fortalecer los sistemas nervioso e inmunológico.

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